Aunque este caso se originó en Estados Unidos, la lección es universal y se aplica en Europa y más allá. La due diligence en materia de propiedad intelectual es una exigencia operativa, no una nota al pie: prestar una atención meticulosa a la titularidad y a la legitimación es crucial para poder hacer valer los derechos en cualquier lugar.

En Rasmussen Instruments, LLC v. DePuy Synthes Products, Inc., el demandante ganó en primera instancia, y el jurado le otorgó 20 millones de dólares en daños y perjuicios.

Pero la victoria no se pudo disfrutar demasiado. En apelación, el Tribunal Federal anuló la sentencia (Caso nº 23-1855, 6 de octubre de 2025). ¿El motivo? Falta de legitimación activa. Rasmussen Instruments, LLC no era titular válida de las patentes en el momento de interponer la demanda.

Cómo se rompió la cadena de titularidad:

    • El inventor, Dr. G. Lynn Rasmussen, transfirió todos los derechos a Wright Medical mediante una cesión en 2006.
    • Los acuerdos posteriores, de 2013, no reasignaron formalmente la titularidad al Dr. Rasmussen.
    • En 2020, Rasmussen Instruments, LLC intentó reclamar las patentes a través del Dr. Rasmussen, pero no existían derechos legales que pudieran transferirse.

La conclusión es clara: una cadena de titularidad rota implica ausencia de propiedad, ausencia de legitimación y ausencia de remedio, incluso aunque «ganes» en el juicio. Las consecuencias financieras y operativas son enormes: millones en indemnizaciones pueden evaporarse en un instante.

Lecciones clave para la gestión de la propiedad intelectual:

    • Documentarlo todo – Cada cesión, licencia o transferencia debe estar meticulosamente documentada, firmada y registrada.
    • Verificar rigurosamente – La titularidad y la legitimación deben confirmarse antes de interponer cualquier demanda por infracción; son requisitos jurisdiccionales básicos.
    • Hacerlo de forma continua – El escrutinio constante de la PI es esencial; no es solo papeleo, es la base de unos derechos ejecutables.

No seguir estos pasos puede convertir incluso una victoria multimillonaria en una advertencia. Este caso subraya lo crítico que es asegurar cada eslabón de la cadena de titularidad de tu propiedad intelectual.